Ante más de 50 jugadores, Adrián Boccia y Matías Sandes dieron inicio a un ciclo de charlas destinado a complementar la formación deportiva de los juveniles del club.
Con un auditorio repleto, Adrián Boccia y Matías Sandes inauguraron el ciclo de charlas “Crecer Jugando”, un programa de formación integral destinado a profundizar aspectos de la preparación deportiva para los juveniles del club. Los jugadores hablaron y respondieron preguntas durante más de una hora ante unos 50 jugadores de los equipos U15, U17 y U19.
La primera exposición del ciclo apuntó a transmitir las vivencias del deportista en su proceso de formación y las claves del deportista para desarrollar su carrera profesional. En un ida y vuelta de preguntas, Boccia y Sandes pasaron de recordar su mudanza a Buenos Aires en la adolescencia a contar detalles de sus experiencias en clubes de Europa.
“Cuando veo a los chicos, es inevitable reflejarme en ellos cuando comenzaba a dar mis primeros pasos hace 15 o 16 años atrás. Uno compara las épocas y es evidente que el club está cada vez mejor y les da muchas herramientas para se puedan enriquecer. Es importante que el deportista debe formarse más allá de lo físico y lo técnico”, remarcó Boccia en la presentación de la charla.
Por su parte, Sandes recordó su temprana partida a la Liga de España: el mendocino pasó de jugar pocos minutos en su primera temporada a convertirse en capitán de Baloncesto Fuenlabrada en su tercer año en el club. “Con el camino recorrido -contó- me hubiera quedado uno o dos años más jugando en Argentina. Hay veces que sentís la presión externa de jugar en el exterior sin estar plenamente preparado. Hay etapas que respetar y no hay que saltear los momentos”.
Siempre con conceptos claros de parte de los jugadores, los juveniles mantuvieron la atención y hasta se animaron a hacer distintas preguntas, como por ejemplo la adaptación a las costumbres de otro país y la valoración por el compromiso y esfuerzo del jugador argentino. Pero, sobre el cierre de la exposición, Boccia dejó un concepto clave que, en cierto punto, resume el propósito del ciclo de charlas: la importancia de formarse más allá del deporte.
“Siempre mi viejo me pidió que termine el secundario. Es importante porque te permite estudiar una carrera o un oficio el día de mañana. Uno se retira, como máximo, a los 40 años: ahí sos viejo para el deporte, pero joven para la vida y es muy importante poder arrancar con otra profesión”, concluyó Boccia, con la autoridad de un referente del plantel de la Liga Nacional y de los juveniles del club.